Abrí el cajón:
agarré la pistola que nunca usé,
le di diez disparos y le sané.
Empezó a llover dudas y perdones.
Abrí el cajón:
cogí veinte soles, los de ayer,
y no se dejó sanar.
Murió el sol entre primavera y otoño.
Abrí el cajón:
varios periódicos,
una revista y un diario;
me sentí una nada y por diez segundos dejé de latir.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario