Mírate, mírate bien…no sabes que eres en realidad o un espectro creado por tu botella de lata o un baúl lleno de agua; no voltees, no tienes derecho a hacerlo, recuerda que ya no eres tú, sino lo que permitiste ser cuando todos te decían que ya no te queda tiempo para ese viaje. Déjame ser, ¡carajo!, yo quiero continuar con eso que tú llamas baúl lleno de agua, no sé por qué diablos te metes en las decisiones de uno, ya no te quiero ver, tú fuiste quien me llevó a esto; si yo quiero te mando a matar. Me das risa, jajaja, como si lo pudieras hacer, como si tuvieras los cojones bien puestos, recuerda que no eres nada sin mí, que si yo quisiera te dejaría ser lo que otros piensan que eres tú, pues para mí no eres nada. ¡Ya, cállate! déjame en paz, a caso haz venido para atormentarme, no entiendes que estoy fregado por tu culpa. No debí ir a ese viaje, a ese maldito viaje; ella estaba ahí, con sus labios suaves y acaramelados y con ese brillo único que la hace sensual, con esa silueta que todos quieren poseer, pero yo ya la había poseído en mis sueños, ella me pertenece; ella es mi gran admiradora, cada vez que me pregunta algo sobre las dicotomías, le trato de dar clases de cómo la barbarie está en todas las personas, y que la letra no es suficiente para formar a un bárbaro que quiere soltar sus instintos, que sólo quiere ser uno mismo; y ella se queda anonadada, pensando que soy el único que existe en la tierra que le puede enseñar eso y algo más. Ella estaba sentada en ese lugar donde los demás estaban haciendo lo suyo, ella quería que yo esté a su lado, me miraba constantemente, quizá era el único que le podía ayudar a pasar la soledad esta noche, y constantemente su cabello me atraía por lo largo que le cubría esa espalda tan erguida que parecía a una de mis actrices favoritas. No sé qué pasó de ahí, sólo recuerdo que llovía, no estaba acostumbrado a esa lluvia, y escuchaba el agua cómo caía en el piso, cómo llenaba las calles; y eso despertaba aún más el interés por tenerla mis brazos . Ese viaje frustró toda mi vida, tú fuiste quien me ayudaste a cometer ese delito, es como si la lluvia era el causante de que tú gozaras dentro de mi ser, y soltaras lo barbarie que todos tenemos, eso que la camisa y la corbata no cubre, menos lo mucho que podamos tener de conocimientos y podamos ser Magíster, Doctores o Licenciados, eso aún nos facilita a tener un contacto con una de las verdades sobre la barbarie. Entiéndeme, yo no quise hacer eso, ella me provocó, quería beber el líquido de mi baúl lleno de agua, me sedujo y yo accedí…por tu culpa tuve que llevarla a un lugar a parte. No me eches la culpa, yo no dije nada ni te incite a hacer tu porquería, lo que siempre en las noches deseas tener, lo que tu esposa no te da, eso que buscas en los libros, eso que buscas para llenar tu castración; ahora quieres sentirte víctima, y quieres buscar culpables, recuerda que no eres nada sin mí…yo no me metí en tu decisiones, tú me hiciste a un lado, me tapaste la boca, eres un bárbaro con una máscara ¿lo sabías? No sabes qué pasó con ella, ¿no lo sabes?, te metió a la cárcel, cojudo; te puso una denuncia, la intentaste violar en plena calle; la policía te encontró debajo de una banca del parque en donde se hacen recitales con la bragueta abierta y tu pantalón manchado de esa eyaculación fallida, eres el lado negativo de tus dicotomías pero embellecido; y a mí me quieres echar la culpa. Mi esposa me va dejar, yo la quiero mucho…eso debiste pensarlo bien antes de actuar como un lascivo…pero nadie debe de enterarse de lo que pasó. Si te dieras la vuelta y miraras sobre esa silla, te darías cuenta que esa noticia ya está en Lima, lee ese periódico, mira los titulares, ahí está todo, quedarás marcado para toda tu vida y cada vez que veas a uno de los protagonistas, quienes te ayudaron o quienes te acusaron, sabrás que eres un buen barbarie.