
Esta belleza en persona, sin hacerme daño, logró cautivarme con esperanzas eternas de una nostalgia casi perfecta que a la vez fue tan hiriente como una ráfaga que la naturaleza da por no ser respetada. Me encontré con palabras extrañas cuando abrió sus labios, palabras casi comunes de un lamentar que no sabe cómo guardar o que no sabe a quién contar. Me encontré con una realidad que no pude entender, una realidad manchada, utilizada y muy mentirosa a la vez, que siendo yo el protagonista de la realidad no sé qué hago afuera de la misma y de ella también.
Me encontré con el destino como un libro abierto y supe que ahí la realidad donde hubiese estado no será mía jamás por el mismo hecho de la confusión eterna, esa confusión eficaz. Quise saber por un momento a dónde iría con la persona que me encontré aquel día como muchos de los días que la veo en mi mundo platónico, en esta realidad en la que me encuentro, en ella. El silencio me ayuda a callar lo que debo decir, pero lo que debo decir ya está dicho por el mismo silencio de las contrariedades de la vida o de la realidad confundida que es la persona a quien yo encontré.
1 comentario:
Jomar realmente tienes el talento para escribir. Te felicito son muy hermosas las cosas que escribes y se ve la calidad y la creatividad que Dios te ha dado y se muestra el espiritu sensible con que los haces. Cultiva tu talento.
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